miércoles, 26 de mayo de 2010

Ponme la mano aquí Macorina..

Hoy he creído volver a verte. Te veo un momento antes de desilusionarme, de dar por sentado que la persona que tienes enfrente comparte tus ideas. Ese instante te vislumbro y me siento pleno, me siento feliz, me siento querido.. hasta que llega la caída. Entonces ese ser que pronto dejara de ser tan querido dice unas palabras que te ultrajan el alma y la sangre se para.


Cuantas cosas dice el silencio, grita como un loco el callado, habla la boca cerrada cuando su mirada chiva lo que ella quiere expresar. Y el gesto un puñal.

 

mirada-indio-libres

Para cuando me he dado cuenta era tarde. Ya estaba escuchando a José Mercé y su “amanecer” cuando he notado de nuevo la clara sensación de vértigo en el cuerpo. Hoy mientras atendía a unos clientes, majísimos, se me ha erizado la piel y un escalofrío ha recorrido la médula haciendo mirar a un niño que fijamente me observaba. Y te he vuelto a ver antes de que el niño sonriese, se escondiese detrás de su padre y yo volviese a la realidad.

Me encanta verte de vez en cuando, no dejes de hacerlo  aunque ello signifique un cambio tan grande, tan repentino, y una toma de conciencia tan brutal. Pongo de nuevo a Mercé, a la Naranjo, Chavela, Lenny… Me quedo para esperar el alba esta vez por decisión propia sin hacer caso a contractura que valga ni insomnio que venga a visitarme; esta vez al desvelo invito yo.

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