sábado, 30 de mayo de 2009

Carta a la ciudad que me parió.


Que asco me da echarte de menos. Hace solo unos días que me he trasladado a una ciudad mas pequeña y aparente mas organizada sin tanta contaminación y ya te estoy echando de menos. Sé que tengo contigo un ni contigo ni sin ti que al final va ha hacer que no acabe bien parado, pero descubro cada vez que huyo de ti lo indispensable que eres en mi vida. Odio los interminables atascos que tienes en tu corazón, no puedo con tus gentes; siempre con tantas prisas. Odio tus calles abarrotadas, tus continuas peleas, tu aspecto los domingos por la mañana. Odio tu clima, odio tu olor. Pero jamás me encontraré tan en mi casa como cuando estoy contigo. Quizá sea el dicho verdad y todos los madrileños seamos gatos, nocturnos, guarros con nuestra ciudad aunque siempre acicalados y que hacemos de Sabina un Dios. Hay que vivirte y saborearte, eres capital y dicen que adoptas a cualquiera, conmigo tienes una guerra abierta..y he de confesarte que yo contigo también. Haces que cualquiera se desespere y que todo el mundo se emborrache en tus noches y baile tu música. Estaré algún tiempo exiliado de ti voluntariamente porque se te ha antojado echarme. Pero te digo algo, sé que cuando vuelva me recibirás con tu calurosa indiferencia.